KALDI

Un trapecio, una mesa, una silla y mucho café, sobre todo, mucho café.

Una jovén trapecista habla a través de acrobacias aéreas y movimiento de su visión sobre el café, símbolo de la rutina diaria en la que estamos atrapados, repitiendo el mismo patrón una y otra vez. 

¿Cómo podemos escapar de esta rutina? 

Imagina entrar en una habitación y que todo huela a café; te preguntas: ¿En cuantos lugares y países distintos se consume café a diario? ¿Por cuantos estados pasa el café antes de acabar en una taza listo para ser consumido? ¿En cuántas situaciones tan variadas te puedes llegar a tomar un café? 

En este espectáculo un ser curioso quiere dar a conocer el mundo del café.

La rutina de un día en este mundo parecer que esta siendo de lo más normal, hasta que el café le empieza a afectar. El café en sus diferentes estados (líquido, polvo, grano...) logra cambiar la calidad de movimiento, incluso la personalidad de este ser y lo llega a transformar. También suena música en este universo, creando un ambiente íntimo y lleno de risas. 

El café como herramienta de conexión entre artista y público.